lunes, 27 de octubre de 2014

¿QUIEN PUEDE SER UN ALQUIMISTA?



¿QUIEN PUEDE SER UN ALQUIMISTA?
EL ALQUIMISTA, UN FILOSOFO, ARTISTA, SACERDOTE DE LA NATURALEZA, CIENTIFICO...



Lo primero que tenemos que saber a este respecto es que los Alquimistas, en una remota Antigüedad, eran los Sumos Sacerdotes de las religiones, en las antiguas civilizaciones, como Egipto, Babilonia, Persia, India, China, etc, y también eran los Filósofos y Científicos, es decir, los grandes sabios del país, de lo cual nuestro oficio,  generación tras generación, ha sobrevivido la esencia, pues la Alquimia no ha cambiado con el paso de los siglos, cambian las ciencias, cambian las religiones, cambian las civilizaciones y las culturas, pero la Alquimia es la primera de las Ciencias, la Ciencia espiritual, que se mantiene invariable con el paso de los siglos en su operativa y sus verdaderos operantes, los que consiguen los resultados que se proponen (muy importante en nuestro caso).
Con la palabra “sacerdote” no queremos evocar, por tanto, un “sacerdote católico” célibe y consagrado al servicio de la Iglesia y los hermanos mediante principalmente la celebración de la Santa Misa. La Iglesia Católica, como todas las iglesias cristianas, son relativamente recientes en el curso de la historia de la Humanidad comparada con el precioso conocimiento sagrado de la Alquimia, y costumbres como la citada del celibato son muy recientes en su historia, en ningún otro sacerdocio se ha practicado salvo algunos muy contados en la Antigüedad como el de la diosa Cibeles. El sacerdote de la Naturaleza, el Alquimista, por el contrario, ejerce un oficio sagrado cuyo origen se remonta a los de la misma Humanidad, pues según la Tradicion nuestra Ciencia fue bajada al mundo por los mismos Hijos de Dios que aparecen al principio del Genesis, aunque su origen histórico cierto se pierde entre la bruma y la leyenda en varias civilizaciones y continentes separados entre si por lapsos de cientos o miles de años.
El Alquimista, al contrario del “sacerdote” católico moderno (por poner un ejemplo), evoca tanto la Revelación Divina en la Naturaleza como la sublimación de la Naturaleza hacia su Divinidad, hacia su estado ontológico superior. Busca la Perfección de la Naturaleza y el consecuente encuentro con su Divinidad y por lo tanto la Revelación de Esta en aquella. Es,  por tanto, el origen de todos los cultos religiosos modernos, es más aun, el Filósofo y Científico por antonomasia pues busca la comprobación cierta y verdadera en su Lab-oratorio, en su templo, la confirmación práctica y material de su Filosofía acerca de la composición del Cosmos.
El camino del verdadero Alquimista, por lo tanto, a semejanza de aquello que pretende conseguir, debe seguir el mismo camino personal de perfección y purificación, podriamos tomar como ejemplo cercano entre otros personajes ilustres de la Antigüedad, al filósofo griego Pitagoras y su célebre escuela de sabiduría, pues  estuvo aprendiendo en los templos de la Antigüedad clásica, Egipto, Babilonia, Persia, India, antes de ejercer en Grecia su sabiduría y costumbres higiénicas con mentalidad más occidentalizada.
Pero en un paso mas alla en nuestros orígenes históricos, podríamos atrevernos a asegurar que el Alquimista no es un “sacerdote” cualquiera, es un Sumo Sacerdote en esencia, pues los sacerdotes de las antiguas religiones adoraban por lo general a una multitud de dioses y diosas, si tomamos el ejemplo de Grecia, estaban los cultos de Zeus, Apolo, Atenea, Afrodita, Hermes, Poseidon, etc… y había sacerdotes consagrados a su culto en varias localidades de Grecia. El Alquimista era el Sumo Sacerdote, el Filósofo y el Cientifico, porque a imitación de los ciclos naturales de vida, muerte y resurrección de los vegetales, por ejemplo (el grano de trigo que se echa a tierra y muere aparentemente para volver a resurgir un brote verde y otra planta nueva) sabía que todos los seres vivos, incluidos los minerales, llevaban en si el mismo germen de vida inmortal, a semejanza del Ser Divino, que llevó varios nombres según el país y la civilización en la Antigüedad hasta culminar en la figura de Jesucristo, el Salvador de la Humanidad, Dios bajado a la Tierra para llevar a los hombres y la creación entera al Cielo de nuevo, por el Amor infinito de Dios hacia su Creación, aceptando para ello incluso la misma corrupción humana y terrestre sobre si para llevarla sobre si mismo y sobrevivir a ello, dándonos mediante su ejemplo la fe y la fuerza moral suficiente para tener la Vida inmortal en el Cielo, el Paraiso, el estado ontológico superior del  Ser.
La Alquimia, pues, es el origen no solo de la Quimica, sino también de la Fisica, la Biologia entre otras ciencias modernas así como de la Filosofía, Psicologia, Metafísica…
Y en el aspecto religioso, es curioso comprobar, como, todavía hoy, podemos observar cómo la Iglesia Católica ha conservado muchas costumbres que nos asombramos hoy todavía al comprobar su origen puramente alquímico, como las vestiduras del sacerdote, negra, blanca, verde, roja, amarilla, que son los colores de la Piedra de los Filósofos en su evolución, y es que, como venimos diciendo, en un principio, el Alquimista debía seguir la misma evolución que su Piedra… lo cual por supuesto los modernos sacerdotes e iglesias desconocen totalmente, herederos de una tradición milenaria ignota e incomprensible actualmente para ellos mismos, pues la Iglesia Catolica por ejemplo deriva directamente de los cultos más importantes de la Antigüedad, como el Egipcio, Persa o Mitraico entre otros. Así como la consagración del pan y el vino, tienen un significado profundamente alquímico que ellos ignoran también totalmente.
En los libros de los verdaderos maestros alquimistas, encontramos, una y otra vez, invariablemente y sin excepción, el concepto dominante de Dios en sus escritos, en máximas como “Dios, principio radical de todas las cosas”, “Principio de toda la Creacion”, “Aunque yo te diese la receta en todo, si Dios no pone el dedo, tú no haces tu Obra…”, “Con el permiso de Dios, te mostraré los secretos y maravillas de la Naturaleza…” y es que el verdadero Alquimista, el verdadero Adepto, es el más profundamente creyente, pero no en un “Dios” cualquiera, sino en la Verdadera Luz que anima a todo hombre que viene a este mundo, como relata el Evangelio, en aquella Luz originaria de todas las cosas que es la que dio origen  y mandato a que todo sea como es, aquella Luz que emitió su primer Pensamiento y su Primera voz para la Creación. Aquel Dios, aquella Luz, que es la verdadera Luz sobrenatural que alumbra la vida en todas sus manifestaciones y la hace evolucionar hacia su estado del ser superior. Hay que hacer notar aquí que la Alquimia fue practicada con muy pocas variantes en todas las regiones del mundo de tal modo que aun hoy dia nos asombra comprobar como la obra relatada en antiguos textos chinos, por ejemplo, de hace miles de años se está relatando exactamente nuestra Obra, pero aun en aquellas civilizaciones extremoorientales  los Alquimistas eran los más espirituales de entre los sabios, plenamente conscientes de la Armonia superior de todas las cosas que representaban de muy variados modos según su mentalidad, mas cuanto más lejos hubieran llegado en sus trabajos alquímicos. Pero en lo que a nuestra tradición occidental concierne, si abrimos un libro de cualquier verdadero alquimista, veremos en todas partes un extremo respeto y adoración por nuestro Señor Jesucristo y a Dios como Principio de todas las cosas. Hasta tal punto, que muchos, muchísimos se asombrarían si pudieran comprobar cómo muchos de los hechos relatados en la misma Biblia, en un origen y fondo no eran más que un perfecto simbolismo de la Gran Obra de los Sabios.
Desgraciadamente, en nuestro mismo Occidente, la Vieja Dama, la Perla de las perlas se encontró numerosisimas veces con el desprecio cuando no la persecución violenta de los mismos poderes religiosos que son los primeros que deberían respetarla a través de una profunda comprensión y práctica siguiendo la practica milenaria tradicional ancestral del Lab-oratorio. La Iglesia Católica, amenazándonos con persecución y muerte cuando nos atrevíamos a meternos en Teología por medio de nuestro conocimiento directo de la Revelación en este mundo, cuando no por nuestras curaciones por medio de ellos mismos o del colectivo médico de la época que veía amenazada su credibilidad, cuando no a causa de los trasmutadores en oro, cuando algunos mismos altos religiosos se sabía que paralelamente disponían de laboratorios donde fabricar oro. O casi de lo peor de todo, lo que muchas veces hacía sufrir más injustamente a los verdaderos Alquimistas, cuando se les acusaba de “esoterismo” o “satanismo” incluso, cosa que no hay más repugnante y contraria a los alquimistas, simplemente por adornar sus libros con símbolos alquímicos en forma de animales mitológicos como serpientes y dragones, que contrariamente a lo que las “Santas” inquisiciones pensaban y piensan aun en nuestros dias, no representan demonios ni poderes ocultos, sino materiales y operaciones de laboratorio, pues, por ejemplo, una piedra o un líquido con cualidades altamente penetrantes corrosivas o penetrantes de la materia cuál mejor símbolo que representarlo que una bestia terrible, que “muerde” o que “vuela” cuando es un líquido volátil, no representan demonios ni seres maléficos como increíblemente e infantilmente cuando no perversamente modernos religiosos ven ahí un indicio claro del manido “esoterismo” o incluso satanismo. Lo cual también, en algunos casos, llega a tal extremo de infantilidad que nos hace pensar que solo se trata en el fondo de una cuestión de terrible ignorancia cuando no de envidia por la posesión de estos “secretos ocultos” que a más de un Alquimista le han hecho presenciar de verdad la Verdadera Luz.
No, todos estos fanáticos religiosos deben saber que la Alquimia, la Quimica sagrada, es Ciencia, y es Arte, pero no es una ciencia cualquiera, es la Ciencia anterior y predecesora de todas las demás, la Ciencia espiritual, la cual tenía a la materia no solo por “materia”, en el sentido de átomos de hidrogeno, nitrógeno y oxigeno entre unos cuantos elementos más ordenados entre si por enlaces y valencias, sino materia más espíritu, es decir, más el Soplo divino que da sentido, sustancia y color a todo lo demás.
Y  que el verdadero Alquimista, el que llega a resultados reales en el Arte, es porque ha sabido primero ser siempre un hombre o mujer dignos ante Dios; como siempre han dicho todos los verdaderos Maestros alquimistas, con una Fe, paciencia, honestidad, honradez, claridad, humildad y caridad entre otras virtudes, a toda prueba.
Pero, entrando de lleno en las cualidades y virtudes además del carácter o idiosincrasia propia del alquimista, quiero recordar aquí estas sabias palabras del maestro Simon H a sus antiguos discípulos, que cualquier aficionado podrá corroborar plenamente acudiendo a la lectura de cualquier otro clásico de alquimia, como los libros de Basilio Valentin, Alberto Magno, Tomas de Aquino, Arnau de Vilanova, Raimundo Lulio, Jabir ibn Hayyan, Zosimo de Panopolis,  Ireneo Filaleteo o Grillot de Givry, por citar solo unos cuantos verdaderos Maestros de Alquimia.




"LA PARTE ESPIRITUAL DE LA ALQUIMIA”
ALQUIMIA MÍSTICA
Empezaremos por recordar que la Obra Alquímica no concierne
solamente al laboratorio con el tratamiento de las sustancias,
aunque la palabra LABORATORIO tenga ya de por sí los dos sentidos
integrados de LABORA Y ORATORIO.
La elaboración o el tratamiento de las sustancias tiene también un
plano que concierne al espíritu del oficiante.
La sustancia llega a estar bajo la influencia del cuerpo físico del
Artista o por la emanación espiritual que de él se desprende, por lo
tanto éste debe ser moralmente puro, no porque sus virtudes actúen
directamente sino porque las células de su cuerpo irradian sobre el
huevo filosófico a través de sus manos o por su simple presencia.
Por tanto procura ser limpio y tu Piedra será limpia, procura ser
digno y tu Piedra hará milagros.
La voluntad es la potencia del espíritu y esa voluntad y esa
potencia dirigidas e impregnadas en tu piedra hará que el espíritu
Celestial emanado de Dios a través del hombre llegue a tu piedra y
en ella se dé el más grande de los milagros, porque si a esa materia
no se le imprime un valor real espiritual solo tendrá un poder
físico, por lo tanto muy limitado; le has quitado los valores altos,
entonces podrá curar no curar cuando se convierta en Medicina pero
solamente lo hará en una parte muy limitada física y no en aquella
parte del alma que es el segundo cuerpo que también enferma y por lo
tanto nunca podrá haber una curación efectiva., tu Piedra en ese
caso será pura química o al menos carente de lo que la distingue de
ella, siendo una Piedra desvirtuada que en ningún caso será la
Piedra Filosofal.
De qué forma se impregna vuestra Piedra y nuestro compuesto de
nuestro espíritu decididamente será por medio de la voluntad, pero
esta voluntad recogerá su fuerza con nuestra comunicación con Dios.
El que acepta a Dios Cristo no solo de palabra sino con toda su
voluntad, será elegido, y la Ciencia no es ajena a esta elección,
porque la materia está recogiendo esa fuerza dimanante por el
reflujo de esa elección que equivale a la unión con la Divinidad y
la ruptura con el mal, provocando con ello una profunda emisión de
energía positiva que la materia recoge en esa parte vibracional más
íntima de sus átomos, los cuales tomarán una determinada
orientación, algo que no hay máquina que lo registre, porque esas
energías emanadas del espíritu son de otra naturaleza muy distinta a
todo lo conocido.
El hombre o la persona puede rechazar el mal, puede eludirlo, pero
lo que no podrá será vencerlo; no puedes vencerlo; no puedes vencer
al mal, por la sencilla razón de que el mal, cuando es dirigido,
dimana de una fuerza superior, de un ángel creado en la perfección y
el hombre es muy inferior. Por lo tanto el mal tiene mucha fuerza,
casi tanta como el bien, no podremos eliminar el mal, pero lo que sí
podemos es acogernos al Bien, a la Luz Divina que es la Luz de Dios.
Nuestro gran secreto consiste en cambiar el espíritu de las cosas
naturales dando una dirección de perfección en la evolución de las
sustancias; la energía latente en toda materia puede estar inerte o
ser activa o inclusive no tener una energía potencial por ser un
elemento que solo se activa por la conjunción o el concurso de otros
elementos.
Esta energía en sí, puede ser buena o mala según nuestra medida o
puede que no sea ni una cosa ni la otra, pero el Artista puede
influir y cambiar según su voluntad y su propia energía (que es la
más cercana a la emanada de la Divinidad), aquéllas otras formas de
energías en otras por él deseados, Dios dijo: sea la Luz y la Luz
fue…
Aquéllas energías latentes o aquélla vida, que es una forma de
energía impresa en los árboles, en las hierbas, en los minerales, en
los metales y que inicialmente fue puesta por el Creador; pero si el
Artista quiere puede cambiar el veneno en medicina o la energía
negativa en positiva más acorde con el deseo del que se lo imprime.
Como Cristo dijo al enfermo: "levántate, porrque estás curado…", así
nosotros hacemos con la materia y si nos lo proponemos también
podríamos hacerlo con las personas, solo la pureza y la fe del
oficiante harán el milagro.

Pero hay que decir la verdad, no es fácil, no es nada fácil llegar a
comprender estas palabras, llegar a conocer la Obra profundamente,
tener una fé total sin rastro de duda y conocer la propia fuerza,
con la conjunción perfecta entre cuerpo y espíritu cuando la mente
está al servicio del espíritu y no del cuerpo; porque si el cuerpo
es dominante será imposible frenar las malas ideas y los bajos
instintos, no es nada fácil. El camino es largo y a veces con
demasiadas barreras o lo que es igual, con demasiadas dudas. Y si el
que emprende este camino no tiene la ayuda de Dios, la dificultad se
hace insuperable, como decía Filaleteo…"Si Dios no pone el dedo…" o
si no tiene un Maestro que le guie y le diga exactamente lo que
tiene que hacer; claro que en esto hay un peligro, que el estudiante
descanse en las enseñanzas que le están dando y su espíritu quede
estancado en su evolución, ese es el gran problema que muchos
después no superan y se quedan en el camino, perdiendo para siempre
tal oportunidad que ya nunca podrá entender (al menos mientras esté
en este mundo) la importancia de tal fracaso.
Porque como dice Geber y enseña, "es necesario, obligatorio, que el
alquimista se equivoque varias veces, ahí es donde templará su
espíritu, y ahí es donde encontrará la fuerza necesaria para seguir
adelante; pobrecitos de aquellos que a los primeros problemas o en
los primeros fracasos que tienen pierden la fe y desesperan , y más
terrible aun es cuando ya en posesión de tan altos conocimientos,
pierden estos importancia porque la impaciencia no les permite
vislumbrar el final del camino, o ya se consideran autosuficientes
para dirigir sus investigaciones por caminos oscuros, sin darse
cuenta de que algun día pueden pedirseles cuenta de lo que se les ha
entregado.
Pero si algo de esto ocurre, sencillamente es porque no están
destinados por ser su espìritu demasiado pobre o poco evolucionado
para una empresa tan alta, a no ser que su iniciación en el
racionalismo puro les impida o les cueste mucho más el tener que
saltar barreras muy ancladas en los conceptos y en la manera de
entender las cosas.
Cuando en las primeras enseñanzas, desde las mismas Águilas, yo
recomiendo siempre la oración, la oración ante el Atanor, pidiendo
ayuda a Dios, pidiendo ayuda a los Maestros; puede ser que algunos
solamente lo han realizado delante de mí, pero después en sus
laboratorios se les olvide esta práctica, y puede sero den por hecho
que no es necesario rezar…"mi Obra sigue funcionando"..Eso lo único
que demuestra es que Dios es muy bueno y que las sustancias siguen
un camino a solas pero sin un padre real que les impregne de ese
amor y de esa energía que es la vida, también demuestra que el
oficiante no es tan bueno como para merecer lo que tiene delante.
Y de lo que si estoy seguro es que esa Obra nunca será una obra
perfecta, porque le faltó nada menos que la comunicación con Dios a
través de la persona.
Pero es que además no hay que olvidar que la Alquimia, la Gran Obra
tiene un componente cósmico, de tal forma que todos nuestros
regímenes están nombrados y equiparados por los Astros que les
rigen, esa influencia cósmica no solamente de palabra, lo es de
hecho, las vibraciones de la materia en determinados momentos tienen
que ver mucho con el Astro que lleva su nombre, de ahí que hay
algunos Adeptos que dijeron "quienes piensen que la Alquimia solo es
de naturaleza terrestre, mineral y metálica, que se abstengan…", por
lo tanto superamos la forma de materia-espíritu para entrar en una
forma cósmica cuando es comparada a la Creación del Universo, no hay
más que ver la similitud que existe entre la descripción que s hace
de la Creación d Dios y lo que sucede cuando el Alquimista pone sus
materias en el huevo filosófico, dando principio a algo tan similar que pudiera explicarse con las mismas palabras, quizá para
centrarnos un poco más en la Alquimia del espíritu que es parte de
nuestra Obra como ciencia del Alma, vendría bien recordar que hay
quienes también se llaman alquimistas, aunque solo conozcan, o más
que eso, interpreten a su modo, esa parte espiritual olvidando o
repudiando el laboratorio, sin querer recordar que la verdadera
Alquimia según se practicó en todos los continentes desde la
Antigüedad, fue precisamente a partir del laboratorio que como ya
habíamos dicho era también el Santuario para la oración, o sea esa
parte mística que en la Edad Media se presentó como única forma,
ocultando el laboratorio por miedo a la Inquisición.

Pero no obstante sería bueno recordar aquí algunas de las cosas que
ellos ponen de manifiesto cuando hablan del tema espiritual que
también pueden valernos a nosotros, aunque no solamente hagamos la
obra espiritual, sino la Alquimia integral.
Una de las cosas que dicen es: "La Luz no empezará a apuntar para ti
sino tras largos años, entonces en los textos donde el profano no
encuentra motivo más que para sonreir, ya percibirás razones
sutiles, jalones que te guíen por las oscuridades de la vida. La
Alquimia no es cosa de unas semanas, sino de una vida entera, eleva
el cuerpo en la existencia del Adepto porque la posesión de la GRAN
OBRA es el coronamiento de una vida…"
Pensando como ellos piensan, que toda la vida está dedicada a hacer
la Gran Obra, que para ellos no es otra cosa que el engrandecimiento
del espíritu haciendo la Obra en uno mismo, donde el cuerpo es el
Atanor y el Dragón las malas pasiones, tratando de eliminar todo
aquello que pueda ensombrecer la vida de una persona… todo está muy
bien, pero nosotros además de tener esa misma preocupación, estamos
en un laboratorio y con un Atanor tangible, o un hornillo que le
sustituye, para que unas muy determinadas materias sean elevadas de
igual manera que lo estamos haciendo con nuestra propia existencia y
que el resultado es primero la trasmutación de la persona, si la
persona que lo hace es consciente de ello y también el conseguir
aunque no sea nada más ni menos que algunas medicinas que sirvan
para quitar el dolor, que sirvan para aliviar los grandes
sufrimientos de muchos enfermos que la necesitan y que siendo una
medicina natural, una medicina gloriosa, además eleve el espíritu de
quienes la toman haciendo que entren sin traumas en esa otra vida
que nos espera. Los alquimistas que van solamente por la vía
espiritual dicen que la Gran Obra es el coronamiento de toda una
vida, posiblemente los alquimistas de laboratorio, alquimistas
integrales tengamos un peligro, al creer que cuando se realiza la
Gran Obra de las sustancias, cuando ya se está en posesión de los
grandes secretos, ahí está el final, o el máximo que se puede
llegar; no es cierto, el alquimista debe procurar siempre alcanzar
mayores metas porque precisamente el haber realizado esa Obra
hermosa, le abrirá insospechados caminos para hacer cosas mayores
aun para sí y para el mundo que le rodea.
Vamos a buscar algún ejemplo mas que nosotros y solo nosotros y solo
nosotros podemos encontrar en dos sentidos, con una duplicidad que
entendemos bien aunque ellos la pongan en una sola dirección; dicen
por ejemplo, recordando a Filaleteo…"de cualquier manera que se
trate el mercurio vulgar nunca se hará de él mercurio filosófico, si
tu alma es la de un patán en vano aspiras al Magisterio, has sentido
ya la necesidad de elevarte hacia el cielo, de salir de tu ganga,
romper tu crisálida, si no está hecha la levadura, este fermento de
elección ,es inútil emprender nada."
Muy bonito, muy bonito pero esto no solamente se puede aplicar a la
persona en sí, sino que cuando dice que del mercurio vulgar no se
puede sacar el filosófico, nosotros sabemos que prácticamente en el
laboratorio , eso es cierto, no utilizamos el mercurio vulgar no
solo por la imposibilidad de ser utilizado, es que además al ser
metálico sería imposible de convertir en Medicina, el mercurio
filosófico habrá que conseguirlo de otra manera.


"Naturalmente eso es la Obra, aquí dice también que esto se puede
comparar a con aquél patán que aspira a hacer el Magisterio y que
nunca lo logrará porque no está hecha la levadura, cierto en los dos
casos.
Y siguen diciendo, "si eres barro, barro seguirás siendo, si has
colocado tu ideal en el fango no puedes conseguir la sublimación, en
la transmutación, en la salida del infierno terrestre, si sigues
siendo un hombre vulgar, nunca llegarás a ser un sabio, existe una
alquimia trascendental, la Alquimia de uno mismo, que es previamente
necesaria para llevar a cabo la Alquimia de los elementos, la
nobleza de la Obra exige la nobleza del operario" …cosa que yo
certifico plenamente porque estoy convencido que de otra forma no
puede ser; ahora tengo que reconocer cómo he conocido estudiantes
que cuando tuvieron problemas con su trabajo perdieron la fe, cuando
encontraron inconvenientes o creyeron que no encontrarían lo que
deseaban empezaron a desinflarse, y dejar de tener ese afán que en
principio habían tenido, para desmayar e inclusive dejar lo que con
tanto afán habían empezado. Esto, ¿porqué se da? Se da porque
desgraciadamente no pensaron nada más que en lo material, en la
materia, en la sustancia, en encontrar un producto que no siempre se
podía declarar, fingiendo otro sentido; estaban deseando poder
realizar la Obra para poner en práctica sus oscuros afanes, sin
pensar que eso estaba previsto ocurriría con muchos y por ello se
tomaron las medidas necesarias, por un lado estaban orando y
diciendo amén a todo y en su fuero interno se guardaba una idea
bastante distinta.
Puede ser que aquél que ya trae su alma forjada y su conciencia bien
probada en los años de búsqueda y de sufrimiento, encuentre la
manzana en el jardín de las Hespérides cuando realiza el camino,
pero eso no se permite así de fácil en aquél que con dos o tres años
de simple estudio y copia, no ha templado su alma en el yunque de
sus acciones, no ha probado que él ya sufrió la transmutación
necesaria.
Esto es, cuando se empieza a comprender que el camino de las
sustancias puede ser la transmutación de la Naturaleza, pero que es
antes que nada un escalón en el gran camino de su propia evolución;
el alquimista tiene que ser un buscador y no puede quedarse en los
primeros resultados por buenos que estos hayan sido.
La paciencia y la perseverancia son dos cosas que recomiendan todos
los Maestros y que muchos olvidan fácilmente.
Que lástima, que lástima, pueden servirnos de ejemplo estos dichos
alquimistas que sin tener sustancias, sin tener materias, sin tener
laboratorios, solamente piensan en la trasformación de ellos mismos
que aunque sea de una manera egocéntrica, es cierto que no ponen
límites a su trabajo porque conseguir la Gran Obra para ellos es
purificar su cuerpo y su espíritu durante toda su vida. No hay
límites, no hay referencias, nada que se pueda pesar o medir,
solamente es la elevación espiritual y a esto es muy difícil ponerle
coto.
Recuerda estas palabras, tú hermano que caminas por la "via"
integral, no olvides que el Alquimista cuando llega a Adepto tiene
por fuerza que ser un ser especial, recuerda estas palabras, decía
la paciencia es la primera necesidad para ascender por la escalera
de los filósofos y la humildad es la puerta de su jardín, rebájate y
te transformarás un día, como dicen los viejos Maestros, "te
despertarás un día luminoso y radiante en el Rey de Gloria, del Rey
Oriental en su trono y entrarás en el mar purpúreo que es el
Magisterio de los Filósofos, no tengas miedo ni creas que para
triunfar en las dificultades de la vida se necesita ser un santo,
por el contrario, los santos se han transformado en tales porque
primero han sabido triunfar sobre dichas dificultades, han empezado
en la nada, como tú, como yo, han subido la escalera filosófica
empezando en el primer grado, no pierdas pues la fe para poder orar
a continuación, reza primero, habla con Dios, y la fe inundará tu
alma. Roger Bacon ha dicho "es necesario que el espíritu se haga
cuerpo y el cuerpo se haga espíritu…", nosotros sabemos bien que
esto ocurre en nuestro compuesto, hay un momento en que el cuerpo se
hace espíritu *, porque el espíritu integrado en el cuerpo no sale
de allí siendo un cuerpo espiritual. Pero hay también momentos en
que el cuerpo se reduce casi a la nada y esto sucede cuando el
cuerpo asciende de su lugar para convertirse el espíritu en cuerpo."
*nota: régimen de Venus.
"Esta solución en la Obra es una de las claves de la misma pero
procura realizarla también en tu propio cuerpo, y para ello tu
cuerpo inflamado por el fuego filosófico, corroído por el agua
fuerte de las constricciones puede alcanzar un grado tal de pureza
que verdaderamente se inmaterialice. Es conveniente también que
recuerdes otra cosa, un muy antiguo Alquimista, que ahora no
recuerdo el nombre decía: "nunca hubo memoria de hombre avaro que
poseyera la Piedra", cierto, ya sabemos que buscar la Piedra por la
riqueza no nos hace merecedores de tener tal Piedra y precisamente
la grandeza del espíritu y lo que pueda aportar la Piedra vendría
por añadidura y no porque el deseo sea ya de entrada la meta que
guíe nuestra búsqueda y nuestro trabajo.
Porque empezar la Gran Obra con esas miras sería entrar al revés en
la via del Absoluto, es necesario que tu espíritu penetre en la
clave de la armonía Universal a encontrarse frente a frente con el
Absoluto, pero esta clave no te la darán nunca en los libros,
solamente la fe y el estudio de la Obra irán abriéndote poco a poco
el camino; en vano leerás todo lo que han escrito los Maestros y si
no lo posees no entenderás nada de su lenguaje…¿Sabrás triunfar en
la prueba de limar la duda, tus dudas?...Ten cuidado, en ellas se
encuentra tu porvenir Eterno, si sucumbes no verás nunca el
esplendor reservado a los pocos, y acuérdate que la ocasión de ser
un iniciado es única en la vida; si la dejas escapar nunca te será
renovada, puedo asegurártelo.
Tuya es la decisión, yo Simon solo te ayudo un poco a que
comprendas."

lunes, 13 de octubre de 2014

EL SOL PATER, FUENTE DE LUZ, SALUD Y SABIDURÍA


EL SOL PATER, FUENTE DE LUZ, SALUD Y SABIDURÍA






Para una persona que toma el Sol Pater o Medicina universal de los alquimistas, llamado también oro potable entre otros nombres, hay que saber lo primero que este no es ningún medicamento ni producto terapéutico según lo que normalmente se entiende por tal, sino una escala en la progresión de la evolución o trasmutación espiritual del propio alquimista,  en varios escalones, en nuestra obra 5 concretamente, como aclaró Paracelso en su “Libro de la Revelación”, siendo la de Tercera Corona normalmente la más empleada y efectiva como “Medicina Universal” hacia el público, que el alquimista comparte en algunas ocasiones con un mayor número de personas para ayudarles en su sanación física y espiritual, cosa que es el primer peldaño hacia la Sabiduría y elevación de la conciencia, como señala en parte el conocido dicho “Mens sana in corpore sano”. Pues como saben los verdaderos sabios, la verdadera trasmutación es la de uno mismo, “trasmuta tu propio plomo en oro”.
El efecto del Sol Pater u oro potable de los alquimistas actúa a un nivel espiritual, de energía sutil que se suele notar desde la primera toma, en el aclareo de la visión, la percepción de los colores más vivos y sutiles y muchos otros detalles que escapaban a la conciencia llevando una vida normal sin la toma del  Sol P.
Aumenta la vibración sutil o energética del organismo, agrandando la llamada “aura”, suele dar alegría, paz y felicidad al corazón, desbloqueo sutil de los canales internos del cuerpo, los chakras y los nadis según la terminología más oriental, y actúa elevando el nivel de conciencia del organismo en su totalidad, actuando por esto de “médico interno”, es decir, potencia la intuición a todos los niveles, haciendo conocer al tomador del oro potable a un nivel más consciente el origen de sus desequilibrios tanto emocionales, como físicos o psíquicos.
Todas estas cualidades se potencian muchísimo en las sucesivas ruedas, segunda y sobre todo tercera, y aún más allá. Ello es la verdadera evolución espiritual, la verdadera elevación de la conciencia a la que aspira todo verdadero buscador espiritual  y que conocieron muchos verdaderos sabios y santos en prácticamente todas las civilizaciones y culturas que han pasado por la Tierra, aunque es posible obtener los mismos o parecidos resultados por otros medios, como ciertos tipos de meditación y una vida muy cuidada y disciplinada en todos los aspectos sobre todo el dietético y el de medios de vida, digamos que el Elixir de los alquimistas concede el “pasaporte” directo y consciente en esa meta mediante unas simples gotas en agua o infusión.
Los verdaderos sabios Alquimistas, los primeros científicos, en su espíritu investigador, lo que buscaban era la sustancia natural y primera de todas, aquella con la que el Creador o Espiritu Divino había formado todas las cosas, la sustancia o energía  más pura de la Naturaleza, llamada Quintasencia, cuya forma sólida es la verdadera Piedra de los Filósofos, en palabras del conocido adepto Fulcanelli, la Medicina de humanos, animales y vegetales, no de metales, lo cual sería la conocida piedra trasmutativa, para llegar a la cual hay que dar aun muchas vueltas a la verdadera Piedra de los Filósofos, cosa que no está al alcance de cualquiera.
A estos, los buscadores de  Oro, quisiera decirles unas palabras. La Alquimia, es una ciencia que procede de Dios (lean cualquier libro de un verdadero maestro alquimista, desde la más remota Antigüedad hasta nuestros días) y podrán ver una y otra vez la misma referencia. El Oro, es el símbolo del Poder en esta civilización, lamentablemente, desde hace milenios, en realidad debido a la ignorancia humana, pues en un principio el Oro era el símbolo de la Divinidad y no del Poder (conceptos en realidad contrapuestos, pues el único Poderoso verdadero es Dios), y por lo tanto el  Poder terrenal es ambicionado básicamente por las fuerzas contrarias a Dios en este mundo, en esta civilización.
De ahí que ningún verdadero sabio alquimista revelase nunca claramente el camino hacia ello. Para obtener el poder en este mundo, antes hay que haberse sometido al poder infinito de Dios, cosa de la que eran plenamente conscientes, probablemente, los poderosos terrenales de hace milenios, según los mitos, en lugares como el Antiguo Egipto o la Antigua China o la India, en la mítica Edad Dorada.
Y Dios es sabio para resguardar sus secretos, pues es más poderoso que ninguno de estos buscadores de oro, así que por favor, piénsenlo y absténganse de tal cosa.
Caminen primero por el sendero de la Sabiduría, y quizá les sea revelado el sendero de la Luz, el que da el conocimiento de la Filosofía Hermética.

Pero vamos a ver cómo definió las propiedades de la Medicina suprema de la Alquimia, el llamado “oro potable”, “Medicina universal”, o, mejor dicho en su nombre alquímico, Sol Pater, el gran médico, alquimista, astrólogo suizo Paracelso. (Teofrastus Bombastus von Hohemheim).





 DE EL “LIBRO DE LA REVELACION” DE PARACELSO

“En su primer estado aparece como un cuerpo terrenal impuro, lleno de imperfecciones. Tiene entonces una naturaleza terrenal, que cura toda enfermedad y herida en las entrañas del hombre que produce buena carne y consume el bezo, y cura en general, externa e internamente.”
“En su segunda naturaleza, aparece como un cuerpo acuoso, algo más bello que antes, porque (pese a tener todavía corrupciones) su Virtud es mayor. Está mucho más cerca de la Verdad y es más efectivo en obras. En esta forma cura las enfermedades frías y calientes, y es de un especifico contra los venenos, que extrae del corazón y los pulmones, curando los mismos cuando son dañados o heridos, purificando la sangre, y tomado tres veces al día, es de gran consuelo en todas las enfermedades.”
“Pero en su tercera naturaleza aparece como un cuerpo aéreo de una naturaleza oleosa, casi libre de todas las imperfecciones, en  cuya forma hace muchas obras maravillosas, produciendo belleza y fortaleza de cuerpo, y (siempre tomando una pequeña cantidad en el alimento) impide la melancolía y el calentamiento de bilis, incrementando la cantidad de sangre y simiente. Expande los vasos sanguíneos, cura miembros marchitos, restaura la fortaleza a la vista, en personas en desarrollo quita lo que es superfluo y  hace buenos los defectos de los miembros.”
“En su cuarta naturaleza aparece de una forma ignea (no del todo libre de todas las imperfecciones, todavía algo acuosa y no suficientemente secada), en la que tiene muchas virtudes, haciendo joven al viejo y reviviendo a los que se hallan al punto de la muerte. Pues si a uno de esos se diese, en vino, el peso de un grano de cebada de este fuego, de modo que alcance al estómago, va a su corazón, renovándolo al punto, apartando toda humedad y veneno previo, y restaurando el calor natural del higado. Dado en pequeñas dosis a gente anciana, quita las enfermedades de la edad, dando a los a los viejos corazones y cuerpos jóvenes. De ahí que se llame Elixir de Larga Vida”.
“En su quinta y ultima naturaleza,  aparece en una forma glorificada e iluminada, aparece en una forma glorificada e iluminada, sin defectos, brillante como oro y plata, ,en la que posee todos los poderes y virtudes previos en un grado mayor y mas maravilloso. Aquí sus obras naturales son tomadas por milagros. Cuando se aplica a las raices de arboles muertos, estos reviven, produciendo hojas y frutos. Una lámpara cuyo aceite se mezcle con este espíritu, continua ardiendo para siempre sin disminución. Convierte los cristales en piedras mas preciosas de todos los colores, iguales a aquellas que hay en las minas, y hace muchas otras maravillas increíbles que no pueden ser reveladas al indigno. Pues sana todos los cuerpos muertos y vivientes sin otra medicina. Aquí Cristo es testigo que no miento, pues todas las influencias celestiales están unidas y combinadas en él.
Esta esencia revela también todos los tesoros de la tierra y el mar, convierte todos los cuerpos ...  y no hay nada como ella bajos los cielos.
Este espíritu es el secreto oculto desde el principio, y sin embargo concedido por Dios a unos pocos hombres santos para la revelación de estas riquezas a su gloria –residiendo en forma ignea en el aire, y llevando a la tierra consigo al Cielo, mientas que de su cuerpo fluyen rios enteros de agua viviente. Esta espiritu vuela a través del medio de los Cielo como una bruma matinal, conduce su fuego ardiente adentro del agua, y tiene su brillante dominio en los Cielos”





---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Advertencia: Todas las páginas de este blog "La alquimia de Simon H- Yoshua" han sido escritas para uso estrictamente recreativo y personal. Por lo tanto el autor de ellas se desvincula totalmente de cualquier posibles interpretación y puesta en práctica por parte de terceras personas, ajenas al autor.